lunes, 11 de mayo de 2009

Once aldeanos

Este miércoles es la final de la copa del rey. Por casualidades del destino la juegan los dos equipos, a los que menos debería importarles esta competición. Aunque no es así, pues el Barça la necesita para completar el triplete, con permiso del United, y el Athletic para ganar su primer título en 25 años, que curiosamente fue una copa del rey, contra el Barça, en lugar de Messi y Xavi, enfrente estaban Schuster y Maradona. Se ve que los tiempos no han cambiado tanto, como presuponía Dylan. Los poderosos siempre tienen a los mejores en sus filas, mientras que los débiles, solo les queda una cosa para enfrentarse a los primeros: Cojones. Afortunadamente los jugadores del Botxo, van sobrado de testosterona, aunque no se puede decir lo mismo que de técnica o calidad.

El miércoles se enfrentan dos formas de entender el fútbol, dos equipos que basan sus éxitos y sus fracasos en un determinado estilo de juego, los culés en la dominación del balón, en el trato a la pelota,en hacer paredes hasta entrar en la portería los leones por su parte, en el trabajo, en la lucha, en la entrega, en pelear cada balón como si fuera el último, y en meterla en las mallas como sea. Ambos viven de la cantera, donde inculcan su filosofía a los chavales que allí aprenden a ser futbolistas y a identificarse con unos colores que posiblemente y si la suerte les acompaña, defenderán toda su vida.

El miércoles juega mi equipo su primera final en mucho tiempo. Un equipo que se basa en la cabezonería de que 11 tíos compenetrados y comprometidos pueden ganar a cualquiera. Pertenecen al club más terco del mundo, el único que intenta jugar con gente de la tierra, cosa que no se ve ni en tercera. Mucha gente tacha esta filosofía de fascista, racista, etc..., pero a mí no me lo parece. Creo que simplemente es la forma más primitiva de entender el deporte, como lo son las olimpiadas, una competición en principio exenta de violencia, por ver quien tiene al mejor equipo. Y puede que el Athletic hace años, que no se encuentra entre ellos,pero por lo menos tiene la fidelidad de una idea, que a medida que ha pasado el tiempo, no ha dejado de defender. Otros equipos, al final sucumbieron a los tres extranjeros, a la ley Bossman, a no jugar con ningún jugador criado en su cantera en las filas. Es respetable, cada uno hace con su equipo lo que quiere, lo que no entiendo es que cuando se hace lo contrario, se les critique. Pues a los únicos que perjudica esta filosofía es a ellos mismos. Pero la gente se empeña en ver gigantes donde solo hay molinos. Es el único club del mundo que tiene esa singularidad, y sinceramente no le va tan mal, de acuerdo que ganar una liga o la champions parece imposible a día de hoy, pero qué más da, en estos tiempos en que la victoria es lo único que importa, un equipo de oncen aldeanos se empeña en demostrar al mundo que la creencia en unos valores, acaba dando resultados, no solo para con uno mismo, en plan de somos honrados y esto es lo máximo que podemos hacer, sino que el miércoles pueden demostrar que con una ideas y con cojones se puede derrotar al mejor equipo del mundo a día de hoy.

El miércoles juegan la final, y las apuestan dan por claro perderdor al Athletic. Ya lo decía Bruce Willis en Pulp Fiction: " Déjales que te subestimen Bunch, así les vencerás". Este miércoles será la primera vez en mi vida que voy a apostar por un partido de fútbol, el Athletic va a ganar la final. Y quizás no la gane, pero la no creo que la pierda, pues la única manera de hacerlo sería no disputársela al Barça, y sinceramente no creo que eso ocurra.

Aupa Athletic

lunes, 4 de mayo de 2009

Western crepusculares y cortinas

El otro vi Appaloosa, uno de los últimos western crepusculares que se ha hecho. La crítica lo ponía de puta madre. A mí me aburrió de cojones. Lo primero de todo es que me jode el término western crepuscular, que se ha impuesto últimamente, para las películas de vaqueros de toda la vida, o en su caso del oeste. No sé muy bien a que viene esta acecpción, pero sé que empieza con Sin perdón, que para mí es la última gran película del oeste que se ha hecho.

Volviendo al tema de post, los western crepusculares, se caracterizan principalmente por estar dirigidos por actores, bien Kevin Costner( que daño ha hecho al género), bien Ed harris, y cuya trama gira en torno a lo de siempre, un bueno, un malo y una ciudad pequeña. La diferencia, entre estos western y las películas del oeste( o de vaqueros), es principalmente que en las primeras siempren hablan de las cortinas( puede que de ahí venga el término crepuscular), siempre hay un momento en que los dos personajes masculinos, van a caballo, o están en el cuartel del sheriff, y uno le pregunta al otro sobre que le parece estas cortinas para el nido de amor que está creando junto a su reciente amor, ora la maestra, ora la prostituta. Yo no sé por qué cojones meten esto, porque para mí carece de sentido, es como ver una peli de cine negro, donde el detective sale comprando las persianas de su despacho, sinceramente me es irrelavente, pero se ve que a la crítica le encanta, debe ser por que este hecho da realismo a la historia, y dice mucho de los personajes, que a pesar de poder matar a cualquiera sin pestañear, tienen la suficiente delicadeza, y gusto como para elegir unas cortinas.

Poco a poco estos directores están matando el espíritu del viejo oeste. Ya no hay médicos borrachos, conductores de diligencia cobardes, diligentes enterradores ni na' de na'. Solo hay conversaciones absurdas en medio de una pradera, para pretender profundizar en las entrañas del supuesto héroe, cosa a que me importa un bledo sinceramente. Cuando me siento a ver una peli de vaqueros, espero que me den lo de siempre, peleas en el saloon, duelos en la calle principal, pistoleros sin escrúpulos, mujeres de la liga de la decencia, prostitutas que encandilan al sheriff, John Wayne camindando como si todavía llevase el caballo entre las piernas, o CLint Eastwood escupiendo. Lo que no quiero ver es gente hablando del sentido de la vida, en mitad de una pradera, si quisiera eso me vería una peli de Fassbinder. Pero últimamente el realismo se ha instaurado en el western, quitando toda la épica y leyenda que este género poseía, por un realismo absurdo en una época que nunca se ha representado como realmente fue. Esta no representación de la realidad, es de lo que ha hecho del género uno de los mejores de toda la historia de cine, pero ahora existe unos cuantos cabrones, que se lo quieren cargar en pos de buscar una profundidad a unos personajes que nunca lo necesitaron, salvo Ethan Edwards.Así que como diría John Wayne: " Hasta otra, peregrinos".