miércoles, 16 de julio de 2008

Concierto de Tom Waits Barcelona 14-07-2008

Sábado 12

Empieza el viaje, autobús de seis horas hasta llegar a Madrid, maldita sea mi estúpida manía de pedir siempre el primer billete que haya hacia mi destino. Esta vez me toco chuparme el ruta, con una película de Thalia de por medio , de esas que ponen en auto-res que no te hace falta auriculares para esucharla. Llegó a Madrid, y voy directo a Avenida América para sacar un billete para Zaragoza, aunque gracias a la Expo el primero que queda es a las 22:00, así que llegaré allí a las dos. Hasta que salga el bus me quedan dos horas sin nada que hacer, así que aprovecho para cenar y fumarme un cañardo en busca del sueño prohibido del autobus, ese que nunca consigo.

Sale el autobus para Zaragoza y ya estoy medio adormilado, me ponene una peli de George Clooney, y Michelle Pfeiffer, otro pastel más que añadir a la colección. Hacemos una parada y voy a aprovechar para liarme otro lirio, pero veo un coche de la guardia civil parado en mitad de la gasolinera, por los vistos unos chavales que fueron a ver a Iron Maiden a Zaragoza se quedaron sin concierto, y decidieron liarla en el autobus, y ha tenido que aparecer la autoridad para poner orden. Me cagüen sus muertos.

De vuelta al autobús sin el deber cumplido, me pongo los cascos y aprovecho para escuchar los últimos discos de Tom Waits, que en esos momentos estará tocando en Donosti, y la impaciencia empieza a corroerme,primero porque llegue el lunes para verlo, segundo porque empiezo a estar hasta los huevos de autobús, cuando llegue a Zaragoza me habré tirado diez horas metido.

Llego a Zaragoza a las dos y cuarto, mis amigos me han dicho que tardarán en llegar así que aprovecho para irme fuera y fumarme un pitillo. Hace un viento de la ostia, supongo que esta fue la razón por la que suspendieron el concierto de los Maiden. Tras dos cigarros más llegan mis colegas, Cervantes( con quien iré a ver el concierto) y Ondiviela, al que hace un par de años que no veo, viene con su novia, y su hermano pequeño, Johnny White, un clon defectuoso de la estirpe de los Ondivielas. Seguún montamos en el coche, me dicen que me van a llevar a un bar que me va a encantar y que para colmo está al lado de su casa. El Bar se llama la Z, y es uno de los tres mejores bares en los que he estado, las paredes están decoradas con Graffitis de Los Ramones, Ac/Dc, Rolling Stones, Hendrix en blanco y negro, sobre fondo rojo; la música va acorde con el bar, Los Rolling, Los Beatles, Pixies, Pearl Jam, B-52's, Jon Spencer Blues Explossion. EL bar reune a una fauna variopinta góticos heavys, rockeros, poperos,camisas de franelas, bujarras, de todo un poco lo que puebla la fauna maña por las noches. Llegamos a casa las cinco.

A la mañana siguiente nos levantos a las dos, buscamos billetes que nos lleven a Barna en casa del Ondiviela que falta, pero gracias a la puta expo no quedan hasta las 23:00, hora inviable, pues José trabaja al día siguiente, el lunes no podemos ir por la misma razón, no vamos a entrar en el concierto de Tom Waits con las maletas, así que solo nos queda la opción de coger el AVE con la talegada que ese conlleva 60 euracos, por un viaje de hora y media. Después de comer damos una vuelta por la Zaragoza, vemos el Pilar, el Ebro, y demás lugares emblemáticos, aprovechemos para tomar un café en una terraza y hablar sobre nuestras vidas.

Nunca había montado en el AVE y con el precio que tiene, imagino que faltará bastante tiempo hasta que pille otro, pero la verdad es que es una pasada, en hora y media nos plantamos en el centro de Barcelona, sin traqueteos,y sin las incómodas erecciones que provocan. José, está en la playa y luego irá los toros, así que Cervantes y yo aprovechamos para comprar algo de beber y comer, y nos vamos a un parque, a conocer la idiosincracia catalana, hay gente que juega al pingpong, viejos leyendo el periódico y dos notas hablando sobre el concierto del día siguiente, sobre las canciones que tocará, las que les gustaría escuchar, hablan sobre conversaciones pasadas que versan sobre el artista, uno de esos bichos raros a los que no le gusta salir de gira, pero cuando lo hacen, es para mear y no echar gota

A las diez nos vemos con José, hermano gemelo de Jaime, y la verdad que es como estar con el mismo Jaime, a parte de la similitud física, esta la psíquica, son iguales, los mismos gestos, las mismas cara, la misma falta de complejos para contar cualquier tipo de historia, por sórdida que sea. Nos vamos a cenar a un restaurante que frecuentan, él y su compañero de piso italiano, Ricardo, un tío que jugó a baloncesto en el Sienna de Italia, aunque tuvo que dejarlo por problemas de rodilla. Después de cenar llegamos a su casa y nos echamos unas copas. Yo estoy reventao, y estos tienen que currar mañana, así que nos acostamos pronto.

Cuando me despierto a la mañana siguiente, no hay nadie, solo Cervantes, que me dice que no ha pegado ojo, y que necesita echarse un par de horas, le tocó el colchón hinchable, de estos que te hundes por la mitad, y no concilió el sueño. Mientras él duerme, aprovecho para leer l€as críticas del día anterior del concierto lo ponen por las nubes. Mientras mi compadre descansa bajo a un bar a tomarme un café leyendo la Tanguardia, que diría SuperLopéz, todavía no sabemos la hora del concierto, tenemos que ir a recoger las entradas, pero no aparece publicada por ningún sitio. Llego a casa y Cervantes sigue durmiendo, me fumo un cigarro e intento hacer tiempo buscando cosas sobre el viejo Tom en Internet.

Tras despertarse y ducharse Cervantes me dice que ya está preparado, así que cogemos el metro y nos plantamos en Plaza Cataluña, lugar donde en principio recogeremos las entradas y nos enteraremos de la hora del concierto, pero al llegar allí, nos dicen que ya se acabó el plazo para recogerlas allí, y que tenemos que ir al auuditorio del concierto, aprovechamos para comer algo en una franquicia de las Ramblas y ver que Barcelona está llena de guiris, la mayoría de ellas polludas, que buscarán un poco de diversión por la noche. Con esta idea nos plantamos en el auditorio, y sacamos las entradas, el concierto comenzará a las 21:30, así que todavía tenemos cuatro horas para disfrutar de la ciudad. Aprovechando que estamos en el recinto del Forum nos acercamos a ver el mar, que como siempre relaja. Debe ser porque soy de secano pero cada año que pasa me gusta más escuchar el mecer de olas, sobre todo en compañía de un amigo con el que no hace falta hablar. Tras un rato decidimos volver al centro. Paseamos por las ramblas. Millones de güiris.

Después de cenar llegamos al concierto. Entramos a las nueve, y vemos una cola gigante en el stand del merchandising.Al final conseguimos hacernos con un póster, que Cervantes me regala por mi cumpleaños. Subiemos las escaleras ansiososo por ocupar nuestro sitio, y empezar a ver el concierto pero cual es nuestra sorpresa que en una de las butacas falta el reposaculo. Llamanos al encargado que nos dice que tenemos que bajar a no se dodnde a poner una reclamación. Nos reímos en su cara, y le decímos que va a bajar su puta madre que ya está tardando en buscarnos un asiento en condiciones, o montamos la de San Quintín, con el precio que nos ha costado las entradas no es para menos. Al fina el tío al ver nuestra cara de mala ostia accede a colocarnos en primera fila, del primer anfiteatro, que era donde pudimos sacar las entradas. Mejor situiados y con una visión de puta madre, nos disponemos a que empiece el concierto, con media hora de retraso quien sabe si fue por nuestra culpa. Se apagan las luces y comienza a sonar la banda, de repente se enciende un foco y aparece Mr Waits, en medio de un coso de arena que patea cada vez que termina una estrofa, con latas alrededor, que de vez en cuando patea para producir sonidos estridentes, de esos que tanto le gustan. Empieza con Lucinda, con una versión bastante alejada del disco. Es cojonuda no entiendo a la gente que cuando va a un concierto espera escuchar el disco tal cual. Sigue el concierto con Tom Waits haciendose el harakiri, sacando sus visceras a pasear. Canta con esa voz de haberse pasado media vida chupando tubos de escape, con las entrañas, produciendo sensaciones no siempre agradables pero que no dejan indiferente. Es un actor que patalea, gime, adoctrina, sermonea, llora según lo exija la canción. la banda que lo acompaña está a su altura, buenas guitarras y percusión y excelentes vientos, que se encargan de deconstruir los géneros polkas, blues, rock, jazz, y los mezcla entre sí. Después de una hora de concierto, llega el momento esperado por la mayoría, cuando recuerda al borracho de "págame un trago y te contaré lo que he visto", se sienta junto a ese piano que ha estado bebiendo y arremete contra las canciones de los primeros discos, Martha entre ella, sólo él y su piano. Luego sigue con tocando cn la banda canciones como Hoist the raga, i don't wanna grow up,Make it rain y un largo etc. Utiliza al público como un instrumento más para hacer una base rítmica con sus palmas en diferentes canciones, y la banda le sigue. Tras dos horas y diez de conciertos pone fin al recital con la fabulosa Innocent when you dream, cancion utilizada en el cuento de Navidad de la película Smoke, que no termina hasta que todo el mundo la canta ya puesto en pie. Tras quince minutos aplaudiendo la gente sale con la sonrisa de quien ha pasado un rato con su ídolo, el viaje mereció la pena, tanto la ida, como el concierto, como las doce horas de autobús que me hice del tirón de Cáceres a Barcelona.

1 comentario:

guardiola dijo...

Grande crónica Perianes. Como me mola leerte