viernes, 7 de noviembre de 2008

Quemar después de leer

El otro día vi la última película de los Hermanos Coen, que siempre están en el top 10 de mis directores favoritos. No hay una sola película de ellos que no haya disfrutado, incluso como las flojas, como The ladykillers o El gran salto(que para mí no es en absoluto menor), pues siempre se les puede sacar algo(sobre todo en la presentación de los personajes, o el manejo limpio y pulcro de la cámara que hacen, o la utilización de travellings relentizados en espacios grandes para dar solemnidad a la escena como en el ala oeste del Gran Lebowski)
Pero en las dos últimas, No es país para viejo y Quemar después de leer, he notado que se han despojado de la potencia visual que inundaba su obra. Es decir, han dejado de darle el toque Coen a las películas, y a mi me jode. Si bien es cierto que en la primera, la historia compensa esta pérdida, en esta última se hubiera agradacedido.No por nada, porque la peli, como todas las de lo Coen tiene su cosa, pero aun así, carece de mucha de las señas características de los hermanos de Minneapolis, como una banda sonora potente, planos raros, travelling en Gran angular para enfatizar a los personajes, y la película se queda un poco coja para mi gusto. Quizás demasiados actores de renombre, quizás están hartos de hacer siempre lo mismo y decidan probar nuevas cosas, o quizás al ser una parodia de película de espías han querido reflejarlo con esa estética.
La película en sí no está mal, no es de sus mejores, pero me pasa lo mismo con Woody Allen, cualquier película suya, por ínfima que sea, es infinitamente mejor que el 90% de la cartelera que puebla nuestros cines. Será porque en el fondo se destila un incodicional amor al cine en ellas.
Me quedo con el personaje de Frances McDormand(simplemente increible)y con el director de de la Cia,uno de los momentos más cómicos de la cinta.

1 comentario:

guardiola dijo...

Esa me la bajo. Que hay crisis.