martes, 25 de noviembre de 2008

Magic vs Jordan




Para elegir al mejor jugador de todos los tiempos hay que hacerse una pregunta, que según se conteste dará una respuesta: ¿ Quién es mejor, el tío que gana sólo los partidos, o el que hacer mejor a su equipo?
Para mí clarísimamente es la segunda, por tanto el mejor para mí es Magic de largo. No quiero decir que Jordan fuera un paquete, desde luego es el jugador más resolutivo que ha dado el baloncesto, el tío que todo el mundo quiere tener en su equipo para que se juegue el último tiro, porque en un 99% de ocasiones lo meterá. También es cierto que Jordan estuvo varios años en el mejor equipo defensivo de la liga, siendo tres años, máximo recuperador de balones. Pero aún así me sigo quedando con Magic.
Cuando empecé a ver baloncesto con cinco o seis años, me encantaban los Laker, quizás fuese por el amarillo de su equipación que me parecía alegre, o quizás por el juego rápido de contrataque que ejercían con mates y pases inverosímiles, en todas esas jugadas siempre había un tío que estaba allí sonriendo, al que todo el mundo le chocaba la mano, y se llamaba Earvin Johnson. Disfrutaba levantándome a las nueve de la mañana para ver Cerca de las estrellas, presentado por Ramón Trecet, el mejor comentarista patrío que hemos tenido y ver la NBA, cuando realmente era la mejor liga del mundo, cuando los equipos eran equipos y no solo asociaciones de jugadores, que se preocupan más de la estadísticas que del colectivo.
En aquellos 80 había dos equipos que partían la pana, los Lakers y Los Celtics, y realmente cuando hoy veo alguna de las finales de esa época pienso en la involución que ha sufrido el baloncesto, indirectamente por culpa de Michael Jordan. Evidentemente el 23 de los Bulls, no tiene la culpa de que le hayan salido admiradores por todos lados, que quieran ser como él meter treintaypico puntos por partidos, y jugarse siempre la última bola. Pero lo cierto que la repercusión que ha tenido en el baloncesto ha sido negativa, desterrando el concepto de equipo, por el individualismo más onanista. A día de hoy ver un partido de la NBA suele ser un coñazo, hay tres clases de equipos, los de estrellitas con 11 tíos alrededor, que se pueden llegar a a jugar una media de 50 tiros por partido( si son dos estrellas se tiran 100 tiros entre los dos), los defensivamente duros, no es mi baloncesto favorito,pero si que me gusta bastante más que el primero, de hecho este baloncesto ha conseguido varios anillos de campeón( San Antonio y Detroit); y por último el tercer tipo de equipo en discordia, serían los Phoenix Suns, que al menos hasta la temporada pasada( esta año ya se verá al traspaser al entranador a New york) jugaban el baloncesto alegre y divertido del que me enamore en mi juventud, con un base que imprime el ritmo necesario en cada partido, llamado Steve Nash.
Los Suns son a dia de hoy los legítimos herederos del Showtime de los Lakers en los 80, para mí el mejor equipo que he visto en la NBA. Puede que esto le reste puntos a Magic para algunos, para mí no. Es cierto objetivamente que los Lakers de los 80 tenían mejor equipo que los Bulls de los 90. No se puede comparar a Worthy, Abdul Jabbar, Byron Scott, A.C. Green, con Pippen, Ron Harper, Luc Longley, Dennis Rodman, bueno igual si que se puede y tampoco estaba Jordan tan solo como lo pinta la leyenda. Pero el caso no es ese, a lo largo de la historia del deporte, se ha visto que los equipos hechos a base de talonario nunca han funcionado, no por tener a los mejores jugadores del mundo se quiere decir que se tenga el mejor equipo. Otra cosa distinta es que los jugadores de un equipo vayan creciendo hasta convertirse en los mejores del mundo, cosa que ocurrió en los Lakers. Y si esto ocurrió, fue en buena parte por Magic Johnson, que creo la química perfecta entre sus compañeros para sacar lo mejor de ellos, y de sí mismo a la vez. Esto para mí tiene un mérito enorme, pues indica la intelegencia de este raro base de más de dos metros, que a parte de saber a quién debía darle la bola en cada momento, podía hacerlo de la forma más inverosimil.
Comparando las estadísticas de Jordan y Magic, lo lógico seróa hablar de los 33 punto por partidos que promediaba Jordan en Playoff, pero para mí el baloncesto no es solo anotación y me quedo con las de Magic, porque era un tipo que promediaba casi un triple doble por partido, a parte de ser durante dos años el máximo recuperdador de balones.
De acuerdo que hay cosas que o salen en la estadística como lo resolutivo que era Jordan llegado los Playoff, pero tampoco se representa la versatilidad de Magic, un tío que podía jugar de base alero o pivot según lo necesitara su equipo.
En conclusión para mí Magic es mejor que Jordan, por varias razones, la primera de ellas es que prefiero el baloncesto colectivo al puramente individualista, la segunda es que siempre preferiré a un jugador que aporta en todas las facetas del juego, a uno al que no le tiemble la mano nunca( y que por eso se tenga que jugar todos los tiros). la tercera y última porque estéticamente prefiero una asistencia de Magic a un mate con la lengua fuera de Jordan

viernes, 7 de noviembre de 2008

Quemar después de leer

El otro día vi la última película de los Hermanos Coen, que siempre están en el top 10 de mis directores favoritos. No hay una sola película de ellos que no haya disfrutado, incluso como las flojas, como The ladykillers o El gran salto(que para mí no es en absoluto menor), pues siempre se les puede sacar algo(sobre todo en la presentación de los personajes, o el manejo limpio y pulcro de la cámara que hacen, o la utilización de travellings relentizados en espacios grandes para dar solemnidad a la escena como en el ala oeste del Gran Lebowski)
Pero en las dos últimas, No es país para viejo y Quemar después de leer, he notado que se han despojado de la potencia visual que inundaba su obra. Es decir, han dejado de darle el toque Coen a las películas, y a mi me jode. Si bien es cierto que en la primera, la historia compensa esta pérdida, en esta última se hubiera agradacedido.No por nada, porque la peli, como todas las de lo Coen tiene su cosa, pero aun así, carece de mucha de las señas características de los hermanos de Minneapolis, como una banda sonora potente, planos raros, travelling en Gran angular para enfatizar a los personajes, y la película se queda un poco coja para mi gusto. Quizás demasiados actores de renombre, quizás están hartos de hacer siempre lo mismo y decidan probar nuevas cosas, o quizás al ser una parodia de película de espías han querido reflejarlo con esa estética.
La película en sí no está mal, no es de sus mejores, pero me pasa lo mismo con Woody Allen, cualquier película suya, por ínfima que sea, es infinitamente mejor que el 90% de la cartelera que puebla nuestros cines. Será porque en el fondo se destila un incodicional amor al cine en ellas.
Me quedo con el personaje de Frances McDormand(simplemente increible)y con el director de de la Cia,uno de los momentos más cómicos de la cinta.